Y es que cuesta tanto trabajo levantarse de la cama cuando al abrir los ojos lo primero que notas es una lluvia en la ventana. La música que viene de no muy lejos indica que no eres el mismo en esa sintonía, decides que es momento de mover el cuerpo ¿pero para qué? Aun después de todas las dudas, te levantas pones un poco de agua para café, vas al baño como todas las mañanas, caminas hacia el balcón y observas la nada.
No más de 5 minutos después y aun en estado de levitación recuerdas que pusiste agua para café, caminas y observas que ya se formo una cantidad importante de burbujas por lo que no tardara más de 3 minutos antes de que el agua este a 100 grados centígrados, un minutos después, ósea 2 menos que lo calculado el agua comienza a hervir.
Unos cuantos movimientos después y un tiempo de reposo prudente tienes frente a ti un buen café, lo tomas trago a trago sintiendo el sabor amargo por tu boca, mientras que aun escuchas esas hermosas gotas de agua golpeando la ventana a tu espalda.
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