lunes, 22 de noviembre de 2010

Breve tratado para atacar la realidad.


Erase alguna vez en un país al sur del mapa donde acontecieron los hechos que a continuación serán descritos:

Después de algunas presentaciones y de encuentros “involuntarios” llego el momento de concluir el constante galanteo. Una noche después de una larga platica y de unos tragos para tomar valor o para hacer que dicho proceso aconteciera de una manera más fluida se presento el momento clásico.

-          Me voy.
-          Te acompaño, tu casa no está muy lejos y podemos caminar.
-          Está bien, es el centro y es mágico verlo de noche.
Despues de una larga caminata y de hacer mas extensa la platica llego el momento de pasar a la acción.
-         Tengo café o vino, gustas.
-          ¿Por que no?

Esto como todos sabemos no fue otra cosa que un vil pretexto o más bien una acción de rutina para darle paso al encuentro pasional (cave hacer la aclaración de que en este texto está ocupada la palabra pasional y no amoroso). Unas cuantas copas de vino después llego el momento que todo lector está esperando, como arte de magia la luz bajo, la ropa se esfumaba de una manera lenta pero sensual, la boca reconocía algunos espacios que los ojos no conocían pero que la mente imaginaba (pero no se describe al final por que la intención de este pobre relator no es resaltar la condición de alfa) un encuentro de duración razonable, proceso de acercamiento, descubrimiento y excitación de ambas partes, besos, carisias, mordidas algún suspiro que sin querer se escapa (por que se dice que un suspiro es un beso no dado y dada la situación solo puede entenderse que el suspiro era el beso no dado a otra persona) momento de clímax, orgasmo, descanso, beso y abraso.

El tiempo pasaba de manera lenta, el sudor en el cuerpo se iba evaporando o más bien pasaba de líquido a pegajoso. Después de una plática corta sobre algún tema para estas alturas incierto se volvió a repetir el encuentro, momento de pocas palabras o más bien momento de sonidos gesticulados de una manera poco común, segundo momento de clímax y de nuevo orgasmo (este proceso de repitió aproximada mente doce veces en un periodo de diez y ocho  horas).

En la ocasión número siete una pregunta incomoda rompió la rutina, (Esta serie de palabras organizadas en el siguiente orden quizá pueden ser las más incomodas o las menos apropiadas para dicho momento) 

-          ¿Qué somos?
-          Después hablamos ahora es momento sentir.

El momento de hablar llego después del dieciochoavo descanso.

-          ¿Qué somos?
-          Por ahora no tengo idea, solo me dedico a disfrutar el presente a vivir cada momento y a sentir un gran placer.
-          Eso no me deja nada claro ¿Qué somos?
-          Somos momento, somos pasión y somos encuentro.
-          Eso no me deja nada claro, no quiero ser solo un momento de calentura y no quiero encontrarte con alguien más, porque conozco mi forma de ser y no te va a gustar.
-          Por el momento no somos más que esto, este momento y estos encuentros, esto es lo que estoy viviendo y lo que quiero seguir viviendo.
-          Pues ya te avise y si no te gusta la puerta está muy grande.

La acción que aconteció después de la última frase fue sencilla y la frase con la que se resume todo es la siguiente:

-          Pues buenas noches, fue un placer que toda tu vida siga bien y se que no nos volveremos a ver así que te deseo suerte y buena vida.

Poco a poco el sujeto de identidad desconocida fue reconociendo las paredes hasta encontrar el apagador, acto siguiente junto su ropa, la puso en el lugar correcto y salió de la casa sin decir más palabras y sin demostrar el mínimo sentimiento (ya que desde el principio no existía por lo tanto no había sentimiento que demostrar más allá del puro placer).

Este fue el fin de una historia, este es el hacer de un sujeto de identidad desconocida o también se podría describir como la aventura del primo de un amigo y este fue su accionar constante, la pregunta es ¿ahora qué? ¿Qué pasa con el sujeto que decide romper con la rutina de encuentros pasajeros?

A continuación un ejercicio de creación mental para los pobres infortunados que en algún momento patético de su vida lleguen a este espacio y por error dediquen su tiempo a la lectura de esta porquería.

¿Cuál creen que sería el comportamiento del primo de un amigo cuando este decide finalizar una vida llena de encuentros pasajeros?

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